UNAM desarrolla molécula mexicana que podría cambiar el tratamiento del cáncer de mama más agresivo

La molécula GK-1, creada por investigadoras de la UNAM y lista para iniciar pruebas clínicas con el INCAN, muestra alta eficacia y sin efectos secundarios en etapas preclínicas. Podría convertirse en una opción accesible contra el cáncer de mama triple negativo.

La ciencia mexicana podría estar por dar uno de sus pasos más importantes en la lucha contra el cáncer. Investigadoras del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM desarrollaron y caracterizaron la molécula GK-1, una alternativa terapéutica prometedora para el cáncer de mama triple negativo, el subtipo más agresivo y con menos opciones de tratamiento.

El avance, documentado por UNAM Global TV, ha generado grandes expectativas en la comunidad médica, especialmente porque el triple negativo afecta mayormente a mujeres jóvenes, tiene alta tasa de metástasis y un pronóstico limitado.

“Encontramos alta eficiencia y no detectamos efectos colaterales negativos en un rango amplio de concentraciones. Estamos listas para comenzar la parte clínica”, afirmó Edda Sciutto, una de las creadoras del péptido, junto con Gladis Fragoso.

La siguiente fase de este desarrollo se llevará a cabo en conjunto con el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), donde ya se elabora el protocolo clínico para probar GK-1 en pacientes con cáncer de mama triple negativo.

De demostrarse su eficacia, este fármaco mexicano podría prolongar significativamente la vida de mujeres con mal pronóstico, aseguró Claudia Arce Salinas, jefa de Oncología Médica del INCAN.

La historia detrás de GK-1 es tan sorprendente como su potencial. La molécula fue identificada hace 20 años durante la elaboración de una vacuna contra la cisticercosis. Una década después, las investigadoras descubrieron que también tenía propiedades antitumorales y antimetastásicas.

Una de las principales dificultades del cáncer triple negativo es que las células tumorales “engañan” al sistema inmunológico para evitar ser destruidas.

El péptido GK-1 busca revertir esa inhibición, reactivando la respuesta inmune para atacar tumores y metástasis.

Entre sus características más destacadas en estudios preclínicos:

  • Reduce tamaño y volumen tumoral.

  • Disminuye macro y micrometástasis.

  • No es tóxica ni mutagénica.

  • No presentó efectos secundarios incluso en altas concentraciones.

En pruebas con caninos que padecían melanoma oral avanzado, algunos lograron remisión total y varios superaron su expectativa de vida, sin efectos adversos.

“Pensamos que tenemos un buen producto y estamos esperanzadas en lograr resultados efectivos en personas”, señaló Fragoso.

Este subtipo representa cerca del 15% de los casos de cáncer de mama. Se caracteriza por:

  • Ausencia de receptores hormonales y del marcador HER2.

  • Alta agresividad y velocidad de crecimiento.

  • Mayor incidencia en mujeres jóvenes.

  • Alta probabilidad de metástasis en cerebro e hígado.

  • Si se detecta en etapa metastásica, la esperanza de vida es de apenas 15 meses.

Hoy, las opciones se limitan a quimioterapia y, en algunos casos, inmunoterapia si existe un biomarcador adecuado. Para muchas mujeres, la alternativa es prolongar la vida con calidad, más que una curación total.

GK-1 podría convertirse en una nueva puerta para estas pacientes.

La inmunoterapia actual utilizada en México tiene costos altísimos: cientos de miles de pesos por tratamiento, debido a que se produce en el extranjero. GK-1, por el contrario, podría costar miles, lo que marcaría una enorme diferencia en términos de salud pública.

El péptido es producido en el país por especialistas del Instituto de Química de la UNAM mediante técnicas avanzadas de síntesis y purificación. Además, académicas de la Facultad de Química trabajan en su formulación para garantizar estabilidad, seguridad y eficacia en su administración subcutánea.

El inicio de las fases clínicas será un hito histórico, pues por primera vez un fármaco mexicano con un mecanismo innovador llega a este punto. El proceso tardará años e incluirá:

  1. Fase I: evaluar seguridad y dosis terapéutica.

  2. Fase II: medir respuesta tumoral y supervivencia.

  3. Fase III: comparar GK-1 con los tratamientos estándar.

“Si se demuestra su eficacia, podríamos salvar pacientes con este mal pronóstico y, eventualmente, beneficiar también a quienes tienen cáncer triple negativo”, subrayó Arce.

El desarrollo de GK-1 es un ejemplo de investigación interdisciplinaria construida durante dos décadas y respaldada por la UNAM y la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.

Aunque la esperanza es enorme, las investigadoras y oncólogos coinciden: la mejor herramienta sigue siendo la detección temprana. Revisiones clínicas, mastografías a partir de los 40 años y atención médica inmediata ante cualquier anomalía continúan siendo indispensables.

GK-1 podría representar un antes y después en el tratamiento del cáncer de mama agresivo, y es, sin duda, un motivo de orgullo para la ciencia mexicana.

Fuente : Información obtenida de UNAM Global TV.